Un viaje sólo puede ser exitoso si nada malo sucede o si, ante cualquier inconveniente, puedes contar con un seguro al viajero que te resuelva esa situación.
Cuando estás por embarcar, lógicamente no piensas en problemas, no crees que algo malo suceda y te acomodas en tu asiento con la seguridad de estar iniciando un viaje inolvidable, durante el cual sólo vivirás cosas agradables y disfrutarás a pleno.
Eso mismo deseamos todos, claro está. Pero no somos dueños del destino, que a veces puede jugarte una muy mala pasada: una enfermedad repentina, un accidente en la calle o en el hotel, un bolso robado, una maleta desaparecida… ¿cuántos ejemplos para ponerte de mal humor aún antes de haber embarcado, no es así?
Pues entonces debes saber que existe algo que será de gran ayuda para ti ante esas situaciones: un seguro al viajero!
Una vez que hayas comprado tu pasaje, que hayas hecho las reservas del hotel, que te hayas aplicado las vacunas indicadas–si ese fuera el caso- y comiences a organizar tus maletas, compra un buen seguro al viajero que te de cobertura ante una dolencia repentina o, por ejemplo, un accidente vial.
Ten en cuenta que en Europa, por ejemplo, es requisito obligatorio que los viajeros internacionales arriben con un seguro al viajero. Asimismo en Cuba y en Australia.
Podrás decir que en tu destino no lo exigen… pero eso no quiere decir que puedas llevar a tener un imprevisto, una situación inesperada y desagradable, que no sepas cómo resolver de inmediato y para el cual, lamentablemente, tengas que gastar un dinero que no esperabas…
Entonces, ¿no es mejor viajar prevenido llevando un seguro al viajero que te ayude en el instante que lo necesites? Sólo así tu viaje será realmente tranquilo, divertido e inolvidable!
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